El primer smartphone plegable que podemos recomendar a cualquiera: el Samsung Galaxy Z Flip 3

Es el primer plegable de Samsung que roza la barrera de los 1.000 euros

02 octubre 2021 |

Samsung se ha convertido en el primer fabricante en ofrecer un móvil plegable con un precio competitivo respecto a los móviles 'normales'.
No es algo especialmente sorprendente, teniendo en cuenta que la apuesta de la compañía coreana por los plegables ya tiene varios años encima. Pero ha sido en el 2021 cuando los ingenieros de Samsung realmente han conseguido refinar estos conceptos.

Ya lo vimos con el Galaxy Z Fold 3, un móvil que realmente no era revolucionario comparado con su antecesor, pero que limaba muchas de las asperezas y eliminaba la mayoría de los problemas descubiertos por los usuarios pioneros que se atrevieron a comprar uno de los primeros plegables.

Es un móvil normal, sólo que se pliega
Pero cuando tuve la oportunidad de tener en las manos los nuevos plegables de Samsung, el Z Fold 3 no fue el que más me sorprendió; el modelo más barato, pequeño y simple me atrajo mucho más, e inmediatamente pensé: "este móvil lo va a petar con los jóvenes y con los usuarios de Instagram".

Ahora que he podido probarlo durante unos días, me reafirmo: este móvil es perfecto para la generación actual de usuarios, y lo mejor, es que lo consigue siendo un móvil normal y corriente. Puede que el Z Fold 3, con su gran pantalla de tablet, sea más espectacular y llamativo; pero como móvil de uso diario, sólo los más entusiastas lo aprovecharán.

Con el Z Flip 3, no veo ningún problema para usar este móvil de diario; de hecho, lo considero mejor que muchas alternativas en ese aspecto. La clave es que, cuando está abierto, te olvidas de que el Galaxy Z Flip 3 es un plegable; es un móvil convencional, con una pantalla con una proporción 22:9 tal vez algo más alta de lo habitual, pero nada que no hayamos visto en los Sony Xperia, por ejemplo. El tamaño de 6,7 pulgadas hace que usar el móvil sólo con una mano pueda ser complicado, pero nada que no nos podamos acostumbrar.

También tenemos una cámara selfie normal y corriente; nada de tecnología de cámara bajo la pantalla como en su 'hermano mayor', pero gracias a eso, la calidad de imagen es muy superior. El sensor de 10 MP y apertura f/2.4 no parece mucho, pero la clave está en los algoritmos de Samsung, que aclaran y añaden nitidez a la imagen.

La experiencia de uso con el móvil abierto es idéntica a la de un Galaxy S21, y eso es bueno. Tenemos la misma capa One UI de Samsung sobre Android 11, la misma versatilidad, la misma rapidez y la misma facilidad de uso. En el interior, un Snapdragon 888 se asegura de que nunca nos falte la potencia que necesitamos, y la frecuencia de refresco adaptativa de 120 Hz es la guinda del pastel.

Sólo hay dos detalles que nos dicen que no estamos ante un móvil convencional. El primero son los bordes; aunque no son gruesos, el problema es que sobresalen, para evitar que la pantalla choque contra si misma cuando cerramos el dispositivo, y eso se nota mucho al tacto. Como también se nota la zona de la bisagra cuando pasamos el dedo cerca. Son cosas que no están en un móvil normal, y a las que te tendrás que acostumbrar.

Otro detalle que podría ser mejor en un móvil "normal" es el lector de huellas dactilares, que no está integrado en la pantalla, seguro que por razones técnicas; en vez de eso, lo tenemos integrado en el botón de encendido, pero al menos funciona muy bien y es rápido.

Por lo demás, este es un móvil fino, ligero y bonito en los siete colores disponibles. Y aquí es donde empieza lo interesante.

Un móvil para la era Instagram
Por supuesto, hablo de que este es un móvil plegable, que se cierra sobre si mismo para reducir enormemente su tamaño. Cerrado, este móvil es único, capaz de llamar la atención de todos los que te rodean por mera curiosidad. También es bonito, con Samsung optando por no llenar la trasera de logotipos y meter su nombre sólo en la bisagra, donde permanece oculto con el móvil abierto.

El diseño bitono también es muy interesante, pero lo mejor es que no es una decisión de diseño, sino funcional: la parte oscura en realidad es donde está alojada la pantalla secundaria, que en esta generación ha aumentado de tamaño hasta las 1,9 pulgadas. Eso aumenta exponencialmente su utilidad, y de hecho, muchas funciones del móvil ya se pueden usar directamente en esta pequeña pantalla.

La segunda pantalla es ideal para hacerse selfies. Saca el móvil, pulsa dos veces el botón de encendido, y la pantalla se encenderá, mostrando lo que ven las cámaras principales; como las dos son mejores que la cámara interna (principal de 12 MP y apertura f/1.8 y gran angular de 12 MP y apertura f/2.2), las selfies son mucho mejores.

Sólo tienes que tocar la pantalla, y aparecerá un temporizador; posa para la foto, y se guardará. Ya está. Hacerse selfies con este móvil es algo rápido e instantáneo, y no hace falta abrir la pantalla principal.

La pantalla secundaria también sirve para mostrar la hora y las notificaciones y controles multimedia, pero aparte de eso, no mucho más. Samsung no ha abierto esta pantalla al resto de desarrolladores y como resultado, sólo podemos usar los widgets que Samsung ha creado.

Que aún cerrado, el Galaxy Z Flip 3 siga dando motivos para hablar es algo sorprendente; por supuesto, tarde o temprano lo tenemos que abrir. Hacer eso es sencillo, pero requiere de ambas manos, y la bisagra está algo dura. No es como los teléfonos de antes que podíamos abrir con un dedo; eso hace que coger una llamada sea un proceso algo más laborioso, pero una vez que te acostumbras es algo natural.

Que la bisagra requiera algo de fuerza es necesario para uno de los 'trucos' más chulos de este móvil: podemos dejarlo semiabierto, gracias al genial reparto de pesos que da más seguridad a la parte inferior. En este modo, podemos ver la pantalla más fácilmente, y nos permite usar la webcam sin necesidad de tener el teléfono en la mano.

De esta manera, podemos hacer videollamadas, dejando el móvil en la mesa, o bien grabarnos para nuestro próximo éxito en TikTok. La interfaz de la cámara se divide en dos en este modo, mostrando la imagen en la parte superior y los controles en la inferior, pero no hay muchas más apps que aprovechen la pantalla plegable de esta manera. No es como el Galaxy Z Fold 3, que tenía funciones experimentales para adaptar las apps al mayor tamaño de la pantalla, pero al menos sí que tenemos funciones como la barra de tareas lateral.

Sorprendente y atractivo a este precio
El Samsung Galazy Z Flip 3 es un móvil excepcional, incluso si ignoramos completamente el hecho de que es plegable. Es tan bueno como un Galaxy S21, y esa familiaridad es lo que lo hace más recomendable; aquí no encontrarás experimentos raros, sino el móvil que realmente quieres usar a diario, con varios 'pluses', como que ocupe tan poco espacio en el bolsillo cuando lo cerramos o las posibilidades de la pantalla secundaria.

El segundo motivo por el que recomendaríamos este móvil es el precio. Después de varios años, Samsung por fin ha conseguido acercarse a la barrera psicológica de los 1.000 euros; aún no la ha derribado, quedándose en 1.059 euros, pero nunca hasta ahora habíamos visto un plegable tan avanzado y completo por ese precio.

Es una cifra que lo enfrenta directamente con los móviles más deseados, con los iPhone y sí, con los Samsung S21; pero lo hace con las ventajas y el 'efecto wow' de ser un plegable. Es justo lo que necesitaba esta tecnología para triunfar: ofrecer lo mismo que los móviles convencionales, pero con sus propios añadidos.

Puede que el Galaxy Z Fold 3 pueda ser el futuro de los Note, pero el Galaxy Z Flip 3 es más importante: puede ser el futuro de los smartphones en general.

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