Estudio revela preocupante contaminación en el Océano Ártico

Grandes cantidades de plásticos transportados por ríos, aire y barcos llegaron a todo el Océano Ártico, reveló hoy un nuevo estudio publicado por la revista británica Nature Reviews Earth & Environment.

06 abril 2022 |

“Todavía se supone que esa zona es un desierto en gran parte intacto”, explicó la doctora Melanie Bergmann, experta del Instituto Alfred Wegener de Alemania, que analizó el tema conjuntamente con colegas de Noruega, Canadá y Países Bajos.

Esta percepción ya no refleja la realidad, acotó, y agregó que muestran en la revisión realizada los ecosistemas más septentrionales particularmente afectados por el cambio climático, lo cual se ve exacerbado por la contaminación con plástico.

Aunque el Ártico está escasamente poblado, en casi la generalidad de los hábitats, desde las playas y la columna de agua hasta el fondo marino, exhibe un nivel similar de inundación plástica al de las regiones mayormente habitadas del mundo, acotó el texto.

La contaminación proviene tanto de fuentes locales como distantes, subrayaron los autores, para quienes en ello contribuyen en esencia las corrientes oceánicas del Atlántico y el Mar del Norte, y del Pacífico Norte sobre el Estrecho de Bering.

Algunas de las más importantes son los desechos municipales y las aguas residuales de las comunidades del Ártico y la basura de los barcos, especialmente los pesqueros, cuyas redes y cuerdas plantean un grave problema, señalaron.

Ya sea arrojados intencionalmente al océano o perdidos involuntariamente, representan una gran parte de los desechos plásticos en el sector europeo del Ártico, remarcaron los científicos.

“Desafortunadamente, hay muy pocos estudios sobre los efectos del material en los organismos marinos del Ártico”, subrayó Bergmann.

Pero hay evidencia de que las consecuencias allí son similares a las de áreas mejor analizadas: también en el Ártico, muchos animales (osos polares, focas, renos y aves marinas) se enredan en plástico y mueren, describió.

El microplástico ingerido involuntariamente probablemente conduce a un crecimiento y una reproducción reducidos, a estrés fisiológico e inflamaciones en los tejidos de los animales marinos, e incluso corre por la sangre de los humanos, remarcó la experta.

La literatura advierte, entre otras, que a lo largo de su ciclo de vida los plásticos son actualmente responsables del 4,5 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

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