Taiwán celebra elecciones presidenciales, bajo la mirada atenta de Pekín

Taiwán vive entre el entusiasmo y la rutina unos comicios que podrían traer grandes cambios al statu quo de la isla. Este sábado 13 de enero, se celebran en Taiwán las primeras elecciones del 2024, año que viene cargado de citas electorales a nivel mundial.

12 enero 2024 |

Taiwán funciona como un país independiente, con su Gobierno, su moneda, su ejército y su sistema sanitario, educativo… Sin embargo, la isla enfrenta reclamaciones históricas por parte de China. Pekín la considera una región de su territorio y está decidido a tomar las medidas oportunas para llevar a cabo la “reunificación” del país. Preferiblemente por la vía pacífica, aunque advierte que, de ser necesario, no dudará en usar la fuerza militar.

Estados Unidos, por su parte, lleva décadas manteniendo relaciones comerciales y diplomáticas con Taiwán, aunque paradójicamente, no la reconoce como nación. Este aspecto no es impedimento para que EE.UU. suministre anualmente armas a la isla por miles de millones de dólares. Así, Taiwán se convierte en la línea roja en las relaciones entre Pekín y Washington. El estrecho de Formosa es uno de los puntos calientes en la geopolítica del momento.

En Taipéi, las preocupaciones de siempre

Pero, acerquémonos a Taipéi y recorramos sus calles para sentir cómo se prepara la isla para esta votación. La capital taiwanesa nos recibe con un día soleado y temperatura primaveral. El trasiego de personas, motos y vehículos nos recuerda a otras capitales asiáticas. Pero percibimos una atmósfera diferente, el de unas elecciones libres, con sus debates televisados, su propaganda electoral y los seguidores de uno u otro partido haciendo campaña y entregando panfletos en calles comerciales.

Los taiwaneses reconocen el privilegio y la responsabilidad de ejercer el voto y se muestran decididos a participar en el juego democrático. Los activistas sociales, feministas, comunidad LGTBIQ+ también se unen al espacio público con concentraciones o pancartas donde plantean sus reivindicaciones a los dirigentes políticos.

Pero lejos de los focos de los medios y de los alrededores de la torre Taipei 101, la rutina sigue su ritmo imperturbable. En las escuelas, en los mercados y oficinas, las preocupaciones siguen siendo el paro, la economía familiar, las oportunidades para los jóvenes, los derechos de las mujeres, o el servicio militar obligatorio recientemente ampliado a un año.

En un restaurante, en medio del trajín de las comidas, la propietaria nos reconoce que su voto irá para el Partido Progresista Democrático. Le preguntamos sobre si percibe un riesgo de conflicto militar entre Taiwán y China y nos tranquiliza entre risas: “No, tranquila. No te preocupes”.

Relación con Pekín

En los comicios de este sábado se enfrentan candidatos que, más allá de abordar cuestiones domésticas fundamentales para la ciudadanía, plantean como eje central del sufragio su relación con Pekín.

El favorito en las encuestas, con un 35% de votos a favor, es el candidato del Partido Democrático Progresista, William Lai, quien también es el actual vicepresidente de la isla. Defiende que Taiwán ya es un país independiente y advierte a Pekín que “la guerra no favorece a nadie”, al tiempo que apuesta por fortalecer el ejército de la isla gracias a las armas y la formación militar suministradas por Estados Unidos.

Con una postura de mayor diálogo con China está el candidato del partido Kuomitang, Hou Yu-ih, quien es alcalde de la ciudad Nuevo Taipéi. Hou es partidario de la “vía intermedia”, que abogaría por intensificar las relaciones comerciales con el continente, además de reducir el gasto en armamento y el servicio militar obligatorio.

Desde China, los comités vecinales del Partido Comunista de China (PCCh) trabajan a contra reloj para convencer a todos los taiwaneses residentes en China de que viajen a Taiwán para votar: “Del resultado de esta votación dependerá la paz o la guerra”. Así nos lo cuenta, Xue Xin, hijo de un taiwanés residente en Tianjin: “Que todos vuelvan a Taiwán a votar. Ese voto es superimportante. Que tenemos que votar para que no haya una guerra”, dice.

La orgullosa Taiwán empieza la cuenta atrás hacia una nueva etapa. Esperemos que China y Estados Unidos acepten los resultados de mañana ya que, de eso dependerá el futuro de Taiwán y de la región.

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