El líder supremo iraní amenazó con vengar la muerte del Mohsen Fakhrizadeh

El ayatolá Alí Jamenei exigió “castigo”. El científico dirigió el programa nuclear militar de la República Islámica hasta su disolución a principios de la década del 2000

28 noviembre 2020 |

El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, exigió que se “castigue” a quienes están detrás de la muerte el pasado viernes en Teherán de Mohsen Fakhrizadeh, señalado como el responsable del plan nuclear iraní y “agente secreto” de los ayatolás. Jamenei, además, pidió que se siga adelante con “el esfuerzo científico y técnico de este mártir en todos los ámbitos en los que estaba trabajando”.

El científico había sido calificado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como el padre del programa iraní, que tiene por fin dotarse de armas nucleares, unas intenciones que Irán siempre ha negado. Además, el departamento de Estado norteamericano indicó en 2008 que Fakhrizadeh llevaba a cabo “actividades y transacciones que contribuían al desarrollo del programa nuclear de Irán”.

El presidente de Irán, Hasan Rohani, por su parte, acusó a Israel de querer sembrar el “caos”. “Una vez más, las despiadadas manos de la arrogancia global, con el usurpador régimen sionista como mercenario, se han manchado con la sangre de un hijo de esta nación”, dijo Rohani, en un comunicado publicado en su página web oficial. Los iraníes utilizan la expresión “arrogancia global” para referirse a Estados Unidos.

Fakhrizadeh, de 59 años, jefe del Departamento de Investigación e Innovación del Ministerio de Defensa, resultó “gravemente herido” cuando su coche fue atacado por varios individuos, que se enfrentaron a tiros con su equipo de seguridad. El científico murió poco después.

Rohani se comprometió a que la muerte del experto “no perturbe” los avances científicos del país y consideró que su deceso se debió a la “incapacidad” de los enemigos de Irán de impedir su desarrollo. “Los enemigos de Irán deberían saber que la valentía del pueblo y de los responsables iraníes es tal que este acto criminal no quedará sin consecuencias”, expresó Rohani, en una reunión semanal dedicada a la lucha contra la pandemia del coronavirus. “Este asesinato bárbaro muestra que nuestros enemigos viven semanas difíciles en las que sienten (...) que su presión disminuye, que la situación mundial cambia”, agregó Rohani.

Los enemigos de Irán “quieren aprovechar al máximo (...) estas semanas” para “crear una situación incierta en la región”, manifestó, sin dar más detalles.

El hecho se produce a dos meses de que el demócrata Joe Biden, vencedor en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, tome el poder. El demócrata prevé modificar la política estadounidense con Irán, luego de que Donald Trump decidiera retirar de manera unilateral a su país del acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear iraní. Washington restableció a partir de entonces las sanciones contra Teherán.

El movimiento libanés proiraní Hezbollah condenó el sábado el incidente del científico, perpetrado “por bandas criminales y terroristas para impedir que la República islámica (...) preserve sus progresos científicos y su independencia política e intelectual”.

El viernes por la noche, el ministro de Defensa iraní, Amir Hatami, indicó que el experto había tenido un “importante papel en las innovaciones de defensa”.

“Gestionaba la defensa nuclear y hacía un gran trabajo”, añadió.

Mohamad Javad Zarif, ministro de Exteriores de la República islámica, instó a la comunidad internacional a “poner fin a sus vergonzosas posiciones ambivalentes y condenar este acto terrorista”.

Varios científicos especializados en el ámbito nuclear iraní fallecieron en los últimos años. Teherán responsabiliza sistemáticamente a Israel de estas muertes.

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