Más de 120 detenidos en protestas por caso de afroestadounidense muerta a manos de la policía

Louisville se encaminaba el jueves hacia otra noche bajo toque de queda luego que la ciudad estadounidense fue sacudida por protestas tras la decisión de la justicia de no inculpar por homicidio a ninguno de los agentes implicados en la muerte de la afroestadounidense Breonna Taylor.

24 septiembre 2020 |

La medida fue atribuida por el abogado de la familia Taylor al "diablo del racismo".

"Hemos visto suficiente tragedia", dijo el alcalde Greg Fischer después de que las protestas en la ciudad en el estado de Kentucky resultaran con más de 120 arrestos y que dos agentes fueran heridos de bala.

"La violencia solo será una fuente de dolor, no una cura para el dolor", dijo Fischer. "La violencia no es la respuesta y la destrucción no es la respuesta".

Las protestas se extendieron de Louisville a otras ciudades como Nueva York, Washington y Los Ángeles, luego que un gran jurado decidiera no culpar directamente a ninguno de los implicados en la muerte de Taylor, una joven de 26 años que murió en marzo durante un tiroteo con la policía en su apartamento.

Tras la decisión judicial del miércoles, miles de personas recorrieron las calles de la ciudad para exigir justicia para esa enfermera, convertida en un símbolo de las protestas contra la violencia policial y el racismo en Estados Unidos bajo el movimiento "Black Lives Matter",(las vidas negras importan).

Las manifestaciones, pacíficas en un primer momento, se volvieron violentas. Varios participantes se enfrentaron a la policía, que usó granadas aturdidoras para dispersar la protesta.

Dos agentes recibieron disparos en los disturbios. Fischer detalló que uno fue tratado por una herida en la pierna y dado del alta, mientras al otro agente, que recibió un disparo en el abdomen, se le realizó una cirugía y se espera que se recupere.

"Lo que vimos anoche con los dos oficiales recibiendo disparos es obviamente completamente inaceptable", dijo el alcalde.

El jefe de la policía, Robert Schroeder, dijo que un sospechoso, Larynzo Johnson, fue arrestado y culpado por dos cargos de agresión y 14 cargos por poner en peligro la vida de los demás.

Schroeder dijo que hubo un total de 127 arrestos en la ciudad, la más grande de Kentucky con una población de 600.000 habitantes, y al menos 16 instancias de saqueos.

Aseguró que se mantendrá un toque de queda entre las 9:00 pm a las 6:30 am hora local, entre la noche del jueves y el viernes.

Gran parte del centro de la ciudad está cerrado al tráfico, y varias tiendas protegieron sus vitrinas con tablones ante la posibilidad de nuevos disturbios.

- "La gente está cansada" -

Taylor murió en la noche del 13 de marzo cuando tres policías vestidos de civil entraron a su casa con una orden de registro.

Después de que el novio de la fallecida abriera fuego contra los agentes, según él tras haberlos confundido con ladrones, éstos dispararon y varias de sus balas impactaron a la joven.

Más de seis meses después, un gran jurado decidió el miércoles inculpar a uno de esos policías, Brett Hankison, por poner en peligro la vida de los demás, en este caso tres vecinos de la víctima.

Pero ni Hankison ni los otros dos agentes que usaron sus armas en el domicilio de Taylor fueron imputados por su muerte.

"Hasta que podamos darle a la gente negra los derechos básicos prometidos por nuestros fundadores - vida, libertad y la búsqueda de la felicidad - y acabemos con el alboroto del diablo del racismo, no conoceremos la paz", dijo el abogado de su familia, Ben Crump, en un artículo de opinión en el periódico The Washington Post.

A pesar de que el centro de la ciudad se veía calmado en la mañana del jueves, Marcus Reed, dueño de un restaurante en Louisville, se preparaba para más disturbios.

"Va a haber más violencia esta noche. La gente está cansada", dijo a la AFP Reed, de 52 años.

El presidente estadounidense Donald Trump, que ha hecho del lema "ley y orden" uno de los motores de su campaña rumbo a las elecciones del 3 de noviembre, tuiteó que "rezaba" por los policías hospitalizados.

Durante los últimos meses, Estados Unidos ha sido escenario de manifestaciones exacerbadas por varias muertes de ciudadanos negros a manos de la policía, por la polarización política y por la retórica incendiaria del mandatario republicano.

"Breonna Taylor merece que se haga justicia", dijo Decorryn Adams, un afroestadounidense de 17 años en Louisville. "Nada va a cambiar si no nos mantenemos unidos", añadió.

El fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron, dijo que los dos agentes que dispararon los tiros que mataron a Taylor lo hicieron en legítima defensa, y por lo tanto, no serían juzgados.

La muerte de la joven "es una tragedia", dijo Cameron, consciente de que "no todos iban a estar satisfechos" con el fallo judicial.

La semana pasada, la familia de la fallecida llegó a un acuerdo civil con la ciudad de Louisville para recibir una indemnización de 12 millones de dólares.

Ese acuerdo reflejó la presión social y la conmoción que rodeó la muerte de Taylor, ocurrida dos meses antes del fallecimiento de George Floyd, un afroestadounidense que murió estrangulado por un policía blanco en Minneapolis (Minesota, norte).

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