La economía de China pierde fuelle mientras Xi elude un próximo cara a cara con Biden

Las ventas al por menor y la producción industria del país asiático se desaceleran

15 septiembre 2021 |

La relación entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, continúa siendo extremadamente tensa. Pese a que el demócrata negó las informaciones que indicaban que Xi rechazó una reunión cara a cara con el inquilino de la Casa Blanca, la diplomacia entre Pekín y Washington convalece desde comienzos de año.
El Financial Times citó a varias personas que tuvieron acceso a información sobre la llamada telefónica de 90 minutos entre los dos líderes la semana pasada, en la que Xi no aceptó la oferta de Biden y en su lugar insistió en que Washington adoptara un tono menos estridente hacia Pekín.

Tensa diplomacia
Pese a que el propio Biden y su asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, negaron que lo publicado por el rotativo fuera un retrato exacto de la llamada, fuentes consultadas por la agencia Reuters posteriormente insistieron en que Xi insinuó, que antes de una potencial reunión, "había que mejorar el tono y la atmósfera de la relación".

Cabe recordar que EEUU todavía mantiene los aranceles sobre más de la mitad de los productos chinos que llegan al país. Actualmente la Administración Biden revisa su plan estratégico en lo que se refiere al gigante asiático.

Antes de la llamada entre ambos mandatarios se había hablado de la cumbre del G-20 que se celebrará en octubre en Italia como posible escenario para un encuentro entre ambos pero es cierto que el mandatario chino no ha abandonado el país desde el estallido de la pandemia a principios del año pasado.

Precisamente, la desaceleración económica de China se agravó en agosto, ya que los brotes de coronavirus pusieron de manifiesto la persistente debilidad del gasto de los consumidores y arrojaron mayores dudas sobre las perspectivas de crecimiento del país.

Las ventas al por menor aumentaron solo un 2,5% en términos interanuales, su ritmo más lento en 12 meses. Por su parte, la producción industrial aumentó un 5,3%. Las cifras se suman a la creciente preocupación por la pérdida de impulso del gigante asiático asediado por las recientes inundaciones, las intervenciones reguladoras, las nuevas infecciones por coronavirus y la ralentización del sector inmobiliario.

"El endurecimiento de la política monetaria y la variante Delta han provocado una ralentización de la actividad. Las medidas regulatorias drásticas implantadas recientemente sugieren que el crecimiento económico crudo puede ser menos prioritario. Una política monetaria más flexible debería ayudar a estabilizar la economía en 2022, cuando pronosticamos un crecimiento del PIB del 5,5%" explica David Lubin, economista de Citi en una nota a sus clientes.

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