'Fast & Furious - Hobbs & Shaw' - Ninguna incertidumbre

La nueva entrega de 'Fast & Furious', la de 'Hobbs & Shaws', es algo así como una versión hipertrofiada pero a lo pobre de las películas de 'Misión: Imposible' protagonizadas por Ethan Hunt

02 agosto 2019 |

La nueva entrega de 'Fast & Furious', la de 'Hobbs & Shaws', es algo así como una versión hipertrofiada pero a lo pobre de las películas de 'Misión: Imposible' protagonizadas por Ethan Hunt. Esto es, las protagonizadas por Tom Cruise, un en apariencia inmortal que no obstante trasmite la debida fragilidad e imperfección humana tan necesaria para lo que podríamos considerar el "principio de incertidumbre" en el cine: Sabemos que Hunt/Cruise no va a morir aunque pueda parecer una opción al tiempo que sin embargo sigue pareciendo que por qué no, es una opción que cuanto menos, pueda pasarle algo. Más aún, la opción de que algo no salga del todo bien y le pase algo a algún allegado suyo.

Eso es algo que no ocurre en esta 'Hobbs & Shaws' dónde, se pueden imaginar viendo la evolución de la franquicia, a estas alturas sus dos protagonistas tienen más en común con los superhéroes de Marvel que con las personas de la calle. Que el malo se auto proclame como "el Superman negro" ya es de por si toda una elocuencia. La comparación además, en bandeja de plata: Tanto en esta película como en 'Misión imposible: Fallout' sus respectivos protagonistas recurren a un salto Halo. Lo que en una es casi lo menos que una transición resuelta con CGI, en la otra es una intensa escena de suspense que sitúa "al Superman blanco" al borde de lo que bien podría haber supuesto su muerte.

No vamos a ser puristas, que la diferencia no está tanto en cómo el exceso gratuito y un CGI evidente le restan credibilidad a cualquier escena, como en la capacidad de generar emoción ya sea con o sin efectos especiales. De generar tensión, suspense, aquella incertidumbre que mencionaba. En 'Hobbs & Shaws' no hay más que una sucesión de escenas de acción -todas ellas reveladas en los tráilers- que no lo negaré lo que se dice "molar", molan. Pero son dos horas de película. Dos largas horas. Y en el cine molar no lo es todo. Ni lo son unas escenas de acción que ni impresionan ni sorprenden, ni lo son dos carismáticos protagonistas viviendo de sus respectivas calvas a lo Bruce Willis.

En realidad no es una sorpresa: La ahora penúltima entrega de la franquicia ya dio estas mismas muestras de fatiga. Si la fuerza sin control no sirve de nada, el más difícil todavía sin corazón tampoco sirve para nada. Y la prueba está de nuevo en la comparación con 'Misión: Imposible', en dónde cada nueva entrega supone una bocanada de aire fresco. Con y sin Superman. La clave no está en el más difícil todavía, sino en su capacidad para generar incertidumbre. Algo que la franquicia anteriormente conocida como 'A todo gas' ha perdido por completo. Puede que la calidad de los guiones fuera la misma antes que ahora, si bien ahora como quién dice ya no disimula que va sólo a lo que sólo va.

'Hobbs & Shaws' es algo así como un cruce entre 'Misión: Imposible' y 'G.I. Joe' resuelto sin especial interés, pasión o personalidad. Una obra que además, va "tan sobrada" que no hay ni una mínima incertidumbre sobre la hueca y monótona previsibilidad de su poco creíble subdesarrollo. Cuando más es menos, y todo esa acción tan resultona en un primer momento acaba aburriendo mucho antes de que toque la campana. Porque no hay más, nada más que un molde relleno de chulería, ruido y una épica tan poco lúcida como para tapar sus vergüenzas con trucos de montaje y CGI. Porque mientras unos ponen a prueba su inmortalidad, otros se empeñan en parecer cuanto más indestructibles, mejor.

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