Carretas peregrinas de Popoyuapa, la fe de los nicas sobre ruedas

La fe de muchos nicaragüenses peregrina hoy a bordo de antiguas carretas techadas de paja y tiradas por cansinos bueyes y caballos hacia el santuario de Jesús del Rescate en la sureña localidad de Popoyuapa.

09 abril 2019 |

La fe de muchos nicaragüenses peregrina hoy a bordo de antiguas carretas techadas de paja y tiradas por cansinos bueyes y caballos hacia el santuario de Jesús del Rescate en la sureña localidad de Popoyuapa.

El viaje de la caravana que ronda los 400 carromatos comenzó el viernes (quinto de la Cuaresma) y para este lunes deben arribar a su destino, donde permanecerán varios días en adoración a la figura de Jesús con la Corona de Espinas, sus manos atadas y vestido con una túnica roja.

Según la tradición bíblica es la imagen del Nazareno cuando el gobernador romano Poncio Pilatos lo presentó a la multitud y pronunció la célebre frase 'Ecce Homo' (Aquí está el Hombre).

Los peregrinos cumplen todos los años sus promesas por estas fechas de la conocida semana de Dolores, para lo cual parten en lo fundamental desde las ciudades de Masaya, Granada y Rivas, tres de los cinco principales núcleos urbanos de Nicaragua.

Aunque la construcción del actual santuario resulta cercana en el tiempo, 1973-1983, la tradición data de unos 300 años, según estudiosos del tema religioso, aunque otros historiadores sitúan su origen en 1843.

También la asocian al terremoto que en 1884 destruyó la ciudad de Rivas, incluida la ermita que hospedada la imagen, trasladada entonces por los fieles a la capilla de Popuyuapa.

Una de las notas que más llama la atención de la caravana es el decorado de las pintorescas carretas, que a su techa de fibras vegetales integran los colores azul, blanco, amarillo y morado, distintivos de la religión que profesan.

El bejuco de papa, miel o peine de mico (arbusto), guácimo de ternero (otro árbol), plástico y la capotera, son algunos de los materiales que conforman el toldo de las carretas, las cuales recorren más de 100 kilómetros en el viaje de ida y vuelta al santuario ubicado en el departamento de Rivas, fronterizo con Costa Rica.

Cada cual la prepara según sus posibilidades, es así que otros emplean guate (forraje) de maíz, sujetado con mecate de plátano a una armazón de bejuco de chaperno y varillas de guácimo, tigüilote o caña de castilla, todas especies vegetales que aportan sus fibras).

El guate resulta una especie de combustible ecológico, pues sirve para alimentar a los nobles brutos que halan los carruajes.

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